Armas y testimonios escritos

ARMAS Y TESTIMONIOS ESCRITOS

Portadas de libros sobre el bandolerismo

Libros sobre el bandolerismo.

En la sala de armas y testimonios escritos, nos encontramos un amplio repaso del bandolerismo en el cine, la televisión. Además de varias películas (hasta 28) en VHS y DVD de clásicos como “Carmen”, «Curro Jiménez», Diego Corriente, unos fotogramas de la serie “Curro Jiménez”. Esta serie española, emitida entre 1976 y 1978, está protagonizada por un personaje ficticio del mismo nombre, cuya figura está basada en la de un bandolero que existió realmente: Andrés López, “el barquero de Cantillana”. Siguiendo éste recorrido encontramos varios carteles de películas protagonizadas por bandoleros, y fotogramas de la serie “Bandolero”, realizada por la televisión autonómica de Andalucía.

Bandolero Diego Corrientes

El bandolerismo en la literatura también estuvo muy presente. A través de la extensa biblioteca del museo, vemos la gran cantidad de autores que lo han escogido como tema para sus obras, tanto históricas como narrativas. La tarea llevada a cabo por el equipo del Museo del Bandolero en el ámbito de la literatura ha sido inmensa. Desde su apertura en el año 1995, ha ido formando, a través de anticuarios o particulares, entre sus fondos una biblioteca en la que constan libros hoy en día ya descatalogados, ediciones especiales, facsímiles y originales, etc. Lo cierto es que nos encontramos ante una colección de libros que no podrá encontrar en ningún otro lugar de España (625 ejemplares fechados desde 1811). Y su labor no acaba ahí. Si avanzamos hasta la última vitrina, la más pequeña, veremos un gran libro con la cubierta verde titulado “El Bandolerismo Andaluz”, escrito por Manuel Pérez Regordan. Esta obra ha sido editada por el Museo como manual de consulta de la historia del bandolerismo universal. Además, a través del trabajo de investigación para la preparación de la misma, se hicieron descubrimientos hasta entonces desconocidos en el mundo del bandolerismo que, por su actualidad, sólo aparecen recogidos en éste libro. También veremos una colección de cromos con escenas de la vida de Juan de Serrallonga se publicaron dos colecciones: “La historia de Juan de Serrallonga”, y una segunda serie titulada “La bandera de la muerte”.

Bandolero Don Juan de Serrallonga

Esta gran sala también destaca por sus grandes vitrinas con armas de distintos tipos: Escopetas y retacos que se cargaban con una bala o dos, trabucos, y otros accesorios como polainas para proteger las botas, balines, etc. La pieza más destacada es quizás un gran trabuco del año 1.800 que además de arma podía usarse también como remo, en el caso de que se necesitara. Todos los trabucos tienen un solo cañón. Hay que explicar que originalmente los trabucos eran armas normales modificadas. Los bandoleros ampliaban la boca del cañón para que así, con la explosión de la pólvora que impulsaba la bala, el tiro fuese más dañino. Siguiendo por su tamaño, encontramos las pistolas o los revólveres. Éstas eran armas diseñadas para utilizarlas a caballo o a pie, en caso de algún duelo o tiroteo de improviso. Por sus pequeñas dimensiones se podía guardar en el fajín, y es apta para tiros de corta distancia o a bocajarro. Las últimas son las pistolas pequeñas, ideales para esconder en las botas o en alguna otra parte del cuerpo. Servían como último recurso si el bandido era capturado y desarmado, o bien para protegerse mientras dormía. Es por ello que jamás se desprendían de estas armas. Por su tamaño no eran muy potentes, pero lo suficiente como para poder permitir huir del enemigo. Según su mecanismo, las armas de los bandoleros solían ser de dos tipos: de percusión, como los revólveres, denominadas así porque el percutor golpeaba la bala; o de chispa. En éste tipo, un mecanismo con una piedra golpeaba al accionar el gatillo una pequeña carga de pólvora, que impulsaba la bala al explotar. Éste último era el más frecuente.

Completa esta sala la que quizás sea la vitrina más grande que hay en el museo. Fue un regalo de la Escuadra de Contrabandistas de la ciudad de Onteniente al Museo del Bandolero como muestra de unión entre ambos. Contiene un mapa de todas localidades (118 poblaciones) de Valencia, Alicante, Murcia, Granada y Andalucía en las que se llevan a cabo las fiestas de moros y cristianos donde existen dentro de la parte cristiana, las comparsas de contrabandistas, varios premios, y trajes propios de estas fiestas y de los pueblos con los que tiene un hermanamiento nuestro Museo.

Si nuestra biblioteca es importante por todos sus libros sobre Bandolerismo, viajeros románticos y Guardia civil, no debemos pasar por alto algunas de las piezas que consideramos de las más importantes.

Un mapa inmenso que es el más antiguo que hay en el museo, pues fue realizado en 1810. Aunque bastante extenso, se trata de un mapa de viaje, y por ese motivo lo vemos fragmentado y pegado sobre una tela, lo que facilita el doblado para poder llevarlo en el equipaje. Es por ello que lo primero que se nos viene a la cabeza es pensar que pudo haber pertenecido a un viajero romántico, tanto por la fecha de elaboración del plano como su idioma, pues si nos fijamos está escrito en inglés. En aquella época la transmisión de información se hacía bastante difícil, y más cuando se trataba entre distintos países. Por eso, al ser un mapa de elaboración inglesa, lo más destacable es sin duda que se ha agrupado dentro de un mismo conjunto Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares. Probablemente se hizo esto por que estas comunidades autónomas configuraban la llamada “corona de Aragón”, constituida en el año 1164. Sin embargo, el dato que quizás los cartógrafos ingleses desconocían es que el territorio de la corona de Aragón dejó de existir como tal en 1707, más de 100 años antes de la fecha de realización de este mapa. Otro dato curioso es que el territorio andaluz se divide solamente en las provincias de Sevilla, Córdoba, Jaén y Granada, pues las demás provincias no se crearían hasta 1833.

Fotografía de un trabuco bandolero

trabuco bandolero

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